Adulteración del gasóleo
El gasóleo se puede comercializar en territorio nacional como gasóleo de tipo general (A) o de tipo reducido (B y C). La diferencia entre ambos tipos es de unos 0’20 euros por litro. De esta forma, con un camión-cisterna de 30.000 litros de capacidad se pueden llegar a ganar unos 6.000 euros.
El gasóleo B se utiliza para maquinaria agrícola y de obras públicas cuando no se circula por carretera, mientras que el C está destinado a instalaciones de calefacción. Para diferenciarlos entre sí, al gasóleo de tipo reducido se le añaden colorantes y trazadores (compuesto químico), sin que se alteren sus propiedades energéticas.
El “lavado” del gasóleo de tipo reducido o bonificado es la forma más habitual de actuar las organizaciones que defraudan a la Hacienda Pública en el impuesto especial sobre los hidrocarburos.
Mediante un procedimiento físico-químico se elimina el colorante y trazador, devolviendo al gasóleo tipo B la apariencia del gasóleo tipo A. Sin embargo, con un análisis químico se puede detectar las sustancias propias del gasóleo B o C, en caso de que no fueran totalmente retirados.
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Fraude en la venta de gasóleo